¡Hola de nuevo! Espero que estés de maravilla. Hoy te compartiré un tema que es especial porque tiene que ver contigo y la relación que llevas con tu familia.
Hace una semana estuve con mis papás, mi esposo y mis hijos, en un lugar muy bello en Playa del Carmen. Ahí pasamos momentos que nos relajaron, divirtieron y que terminarán como buenos recuerdos para el futuro.
Esos días, me sirvieron para pensar que realmente mantener una relación con tu familia, es también algo que se debe trabajar diariamente. Algunas personas no siempre tienen la ventaja de llevarse bien con quienes tienen un lazo de sangre, muchas veces existen conflictos y sobre todo pensamientos distintos que provocan diferencias.
¿Cómo solucionar esto? La realidad es que no podemos controlar lo que otra persona siente, dice o hace, pero sí podemos controlarnos a nosotros mismos. En lo particular pienso que debemos analizar que tan en paz estamos con nosotros para poder tener relaciones afectivas con los demás, en este caso con nuestra familia.
La cuestión es siempre actuar desde el amor y poniendo sobre la mesa los escenarios donde decides si tomar el conflicto o no. En esos momentos difíciles podemos hacernos preguntas sencillas como:
- ¿Qué ganaría si continúo un pleito?
- ¿Qué tan importante es esta persona para mí?
- Y sobre todo ¿Cómo me sentiré conmigo por perder la calma?
Sé también que no siempre hay problemas en las familias y es importante que aunque tengas buena relación con todos tus seres queridos, comprendas que siempre debe ser más grande el amor que todo lo demás.
Comunicarse, tener confianza y disfrutar a tu familia es importante porque ellos son nuestro primer núcleo de convivencia, así que, ¡Disfrútalos!
Nos vemos pronto.